Fumar también dificulta la oxigenación en esa parte del cuerpo, con las consiguientes alteraciones auditivas. 

El café tiene un efecto contrario –aumenta el flujo sanguíneo–, pero puede provocar la misma tortura. Asimismo, el exceso de azúcar afecta directamente a las conexiones neuronales y a la percepción de los sonidos. Consecuencia: zumbidos habemus. 

Otros posibles desencadenantes del tinnitus, nombre clínico del trastorno que consiste en escuchar ruidos sin una fuente sonora exterior, son las infecciones, los cuerpos extraños o la enfermedad de Meniere, dolencia del oído interno que también se manifiesta con vértigo.